¿Cómo contar cuentos?
· Conocer la edad de los (las) niño (as).
· Cuente con amor. Crea en lo que hace. · Ayude con gestos.
· No tenga miedo al ridículo (maúlle, cante, llore, etc.).
· Lea muchos libros en voz alta para oírse a sí mismo y para seleccionar el cuento que mas le guste y prepáralo para narrar. · Siente a loas niños y niñas delante de usted nunca detrás.
· No se aprenda el texto de memoria. Haga una estructura de la historia, sus personajes, sus características los lugares donde se desarrolla el cuento, en fin un esquema de las escenas, para seguir su secuencia. · Ensaye dos o tres veces la narración frente a un espejo, o cuéntelo a sus hijos, familiares, etc.
· No deje la moraleja, ni realice cuestionarios sobre la narración. Permita a los niños y niñas solo disfrutar del cuento.
Lectura en voz alta: ¿Cómo leer?
- Lea libros que le interesen y le gusten, tanto a usted, como a los niños a quién va dirigida la lectura.
- Lea con la mayor frecuencia posible. Lo ideal es que sea todos los días.
- Trate de establecer un momento fijo para la lectura.
- Permita que los niños reaccionen ante la lectura, que se expresen ante ella.
- Comience con la lectura de textos cortos y poco a poco agregue otros con mayor duración.
- Nunca lea un texto que no conozca debe ser sobre todo una actividad gozosa.
- Déle expresión a la voz, para que se comprenda el sentido de la lectura.
- Siga la entonación que marcan los signos de puntuación. Lea más despacio en los momentos más emocionantes, para crear una atmósfera de suspenso y acrecentar el interés.
- Practique la entonación y ritmo que cada lectura posee.
- Pero ante todo, disfrute el cuento, vívalo, imagínelo, siéntalo y compártalo con los niños y niñas como un regalo especial.
CUENTOS...
Buscando un nombre
Aquel año de 1976 hubo una revolución en mi familia. Mis padres habían concebido unos gemelos que sorprendieron a todos cuando aparecieron al mediodía del 22 de diciembre. La sorpresa había de acompañarlos hasta última hora. Cuando esperaban a dos varones, nacimos dos niñas. Al comienzo reinó la confusión, pues todo, pero todo estaba listo para darle la bienvenida a Carlos David y Daniel Guillermo. Las siguientes horas estuvieron signadas por el ir y venir de muchas personas, quienes se encargaron de arreglar las cosas para ofrecernos un confortable recibimiento a mi hermana y a mí. Buscar ropa rosada, comprar dos pares de zarcillos, cambiar los colores de las paredes y conseguir un par de osos blancos con lazos rojos fue relativamente fácil.
Sin embargo, a nadie se le ocurrió pensar en los nombres. Hasta que mi abuelo Carlos tomó a mi hermana en sus brazos y dijo, con su voz señorial, “Esta se llamará Carolina”. Entonces yo permanecía en la cuna, ante la mirada escrutadora de mi familia que se prodigaban en manifestar un montón de nombres. Así oí: Ruth, Rebeca, Mará Alejandra, María Fernanda… Ninguno satisfacía a mis exigentes padres. Finalmente mi mamá dijo que deseaba un nombre cuyas iniciales fueran iguales para las dos. Por allí se oyeron algunas propuestas, hasta que alguien dijo Catherine “y con C para que seaigual”
A mi me gustó. Más tarde mi abuela Yolanda explicó que el nombre lo había tomado de Catherine Laboure, una santa francesa que, tras ver a la Virgen, se dedicó a difundir su devoción por la Milagrosa. Claro, yo no tenía los ojos azules como mi epónima, pero mis familiares tenían la esperanza de que este modelo de santidad guiara mi vida.
Catherine Arocha
Sergio
Sergio era un niño común como lo fuiste tú, como lo fui yo, como lo puedes ser tu como lo puedo ser yo… Un día se fastidio de tanta monotonía y decidió salir de su casa común, por su puerta común y acampar en su patio. Metió en su bolso una linterna, una cobija, algo de chucherías y papel para ir al baño tu sabes porsiacaso. El único apoyo que necesita era su mejor amigo de sangre fría y piel verde, que por tener sangre fría debería reaccionar mejor si algo pasa. Listo para su aventura Sergio salió de su casa común por su puerta común a su patio común, armo su carpa prendió la linterna y ahora que?, será esperar a ver si la noche común tiene algo no tan común.
Todo estaba tan callado como siempre, derepente una sombra extraña se reflejo en el techo de su carpa, atemorizado Sergio volteó a ver a su amigo esperando que hiciera algo para espantar a ese monstruo, claro el es el de la sangre fría!, pero su amigo ni se movió. Sergio se lleno de valor y salió de la carpa para enfrentar al monstruo con su única defensa, el mismo, se dio cuenta que todo estaba tan oscuro que se le hacia difícil ver, cada paso que daba le hacia dudar más y más sobre su valentía, el camino se le hizo tan largo que le pareció que habían pasado horas, miró su reloj y se dio cuenta que solo tenia 5 minutos en la búsqueda. Dudas y miedos es lo que tenía Sergio en su cabeza, tanto era el temor que no se dio cuenta que estaba pasando justo lo que el tanto quería, algo poco común y sorprendente.
La linterna se quedo sin batería, muy oportunamente como suele pasar, Sergio se iba acercando cada vez más al monstruo, hasta que no parecía tan monstruoso de cerca, cada paso ahora le quitaba el miedo y le daba valentía. Por fin llegó hasta el final y se dio cuenta que este monstruo que al principio era gigante, con cuernos, una cola grande, dientes filosos y manos fuertes no era más que un montón de cosas que el mismo había olvidado recoger el día anterior. Muerto de la risa, se burlo de su amigo que a pesar de tener sangre fría no se pudo ni mover, cuando ya el miedo se había ido se dio cuenta de lo maravillosa que había sido su aventura, del miedo que le dio y de lo valiente que fue al no retroceder.
De vuelta a su carpa se quedó dormido, estaba cansado por tantas emociones, se despertó al día siguiente y sabía que hoy vería a otro monstruo pero que este sería de otro color, con los brazos más largos, diferente al de anoche pero que igual al primero al acercarse sería menos monstruo. Por fin algo común le pasó a Sergio, que era un niño común como lo fuiste tú, como lo fui yo, como lo puedes ser tú como lo puedo ser yo….
Sylvia Campos y Darleska Baptista
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